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V Domingo de Pascua – 2022

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  1. Se nos ha repetido de muchas formas durante este tiempo de Pascua que tenemos que ser testigos, apóstoles, siendo evangélicos, es decir, debemos encarnar en nuestra vida el Evangelio con tal intensidad y profundidad que nuestro vivir, responda a poder ser un ejemplo para imitar, sin riesgo de equivocación. Por eso debemos tener claro, y nunca nos equivocaremos si lo ponemos en práctica, que todo se resume en el amor.

Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros “.

Repasemos el contenido que encierra el concepto del amor al que se refiere Jesús.

Amar es:

    • Ponernos en el lugar del otro y actuar como nos gustaría que nos trataran a nosotros si nos encontráramos en esa situación.
    • Perdonar de corazón al que nos debe algo, excusar incluso al enemigo, y tener como actitud crear una nueva relación.
    • Compartir sobre todo lo que somos, pero también lo que tenemos, procurando desarrollar la fraternidad de igual a igual, pretendiendo como supremo objetivo el que el otro sea para mí, como si fuese yo mismo.
    • Educar, sanar, dar techo, vestir, partir el pan, consolar al triste, enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir con misericordia, visitar enfermos y acompañar en situaciones límites de soledad.
    • Servir a la sociedad con la práctica del bien, teniendo como referencia el hacer de Cristo, que pasó haciendo el bien.
    • Dar la vida por la persona amada aliviando el dolor, aunque nos duela cargar con la cruz del otro y aunque su peso nos dificulte caminar.
    • Responder a Dios. Amar con las mismas actitudes que Él tiene con nosotros.
  1. Con estas premisas fundamentales, se cumplirá en nosotros de forma garantizada la Palabra del cielo nuevo y la tierra nueva, como casa definitiva, pero también por ese mismo camino nuestra tierra será nueva, habitable, justa y en paz y por tanto todos seremos felices, porque el amor es el camino de la vida, porque Dios es Amor, dispuesto a enjugar toda lagrima, de forma que ya no haya ni muerte, ni llanto ni dolor alguno.
  1. Así es el testimonio de Pablo y Bernabé, que pasaron su vida animando y exhortando a perseverar en la fe y en el trabajo de ser testigos de lo que significa ser creyente, haciendo el bien y construyendo ya aquí el Reino de Dios como anticipo del Reino que tenemos prometido.

Nos previenen que hay que pasar mucho, es decir, el camino no es fácil, pero las consecuencias del esfuerzo serenan el alma y alegran el corazón propio pero sobre todo, alivia el dolor de los hermanos, especialmente de los más desfavorecidos.

CONCLUSIÓN

Cristo Resucitado, con su Palabra, la Fracción del Pan y su presencia, nos va confirmando en la fe, para que seamos testigos de su victoria sobre la muerte y así colaboremos en la construcción del nuevo cielo y la nueva tierra.

 


Lecturas del Día

Primera lectura
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 14, 21b-27

En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Y después de predicar la Palabra en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían encomendado a la gracia de Dios para la misión que acababan de cumplir.
Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.

Salmo Sal 144, 8-9. 10-11. 12-13ab
R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

Segunda lectura
Lectura del libro del Apocalipsis 21, 1-5a

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe.
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se ha adornado para su esposo.
Y oí una gran voz desde el trono que decía:
«He aquí la morada de Dios entre los hombres, y morará entre ellos, y ellos serán su pueblo, y el “Dios con ellos” será su Dios».
Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni duelo, ni llanto ni dolor, porque lo primero ha desaparecido.
Y dijo el que está sentado en el trono:
«Mira, hago nuevas todas las cosas».

Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Juan 13, 31-33a. 34-35

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús:
«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros».

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