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Domingo de Resurrección – 2022

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¡FELICES PASCUAS!

 “Si hemos muerto con Cristo, con las causas que le mataron, la injusticia reinante y, en definitiva, el pecado que ocasiona tanto dolor en el mundo, resucitemos con Él a la vida nueva de la gracia de Dios, la reconciliación, la paz y el amor”.

  1. Son muchas las cosas que destacan en este día y que son dignas de ser mencionadas, ya que es el día más importante para los creyentes en Jesús de Nazaret.Comienza el libro de los Hechos de los Apóstoles danto testimonio sobre Él:
    • Ungido por Dios, con la fuerza del Espíritu Santo,
    • Pasó haciendo el bien,
    • Curando a los oprimidos por el diablo o, lo que es lo mismo, reparando y rehabilitando a los dañados por el pecado en el mundo, porque Dios estaba con Él.
    • Los Apóstoles y discípulos de Jesús fueron testigos de todo lo que dijo e hizo. No se lo contaron, sino que ellos mismos lo vieron y escucharon.
    • Ellos fueron testigos de cómo lo mataron y crucificaron, pero Dios le rescató al tercer día.
    • No se manifestó a todo el pueblo, sino sólo a los escogidos por Dios mismo.
    • La conclusión, es el encargo que nos hizo de predicar al pueblo, dando testimonio de que Jesús es el Señor, Juez de vivos y muertos.

¡De Él dan testimonio todos los profetas!

  1. Y ¿Quién es Jesús? ¿De quién dan testimonio las Escrituras?En Él ocurre el acontecimiento más trascendental. Se cumple en Él el deseo de todos los hombres, que es superar la muerte y descubrir qué hay más allá de la misma muerte.

    Está, por tanto, vivo. Vivo más allá de este mundo, pero realmente vivo, vencedor de la muerte y causa de vida para todos los que sigan su camino.

    Será durante toda la Pascua el tiempo oportuno para ir constatando sus presencias, para confirmar en la fe a sus discípulos, pero es María Magdalena (casualidad o pretensión querida por el Maestro) quien, llorando su muerte, acude al sepulcro y se encuentra que está vacío. Piensa que lo habrán robado o cambiado de sitio y pregunta al jardinero. ¡Oh sorpresa! Le había confundido, no es el jardinero, sino Jesús mismo. Avisados Pedro y Juan van al sepulcro y lo encuentran vacío, las vendas por el suelo. ¡Vieron y creyeron!

    Hasta entonces no habían entendido las Escrituras que anunciaban que Él había de resucitar de entre los muertos al tercer día.

    Pierden el miedo, se convierten en testigos y comparten lo ocurrido con los otros discípulos y así, de generación en generación, hasta contárnoslo a nosotros.

    ¿Basta que nos lo digan? No. Es imprescindible la experiencia de encuentro con Él mismo. Si ha resucitado, está vivo; si está vivo, busquémoslo, dejémonos que Él nos encuentre y, para ello, pongámonos en la clave por donde Él pasa y así el encuentro con Cristo resucitado será la causa de nuestra misma vida.

  1. Estilo de vida propia de los resucitados con Cristo:No nos dejemos envilecer y aprisionar por los bienes acumulados de esta vida, sino busquemos los bienes de arriba, que ennoblecen, sanan y salvan, porque si hemos experimentado su presencia viva, es que hemos muerto y hemos sido constituidos hombres nuevos.

    Aunque nuestra vida sea como la de los demás sujetos, con las mismas luchas, fatigas y alegrías, nuestra vida está escondida en Dios, con la esperanza de que Cristo resucitado volverá y nosotros con Él seremos glorificados.

¡Feliz Pascua de Resurrección para todos!

Seamos con nuestra vida, testimonio del Evangelio, la Buena Nueva que salva al mundo.

 


Lecturas del Día

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 34a. 37-43

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
«Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entre los muertos.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. De él dan testimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados».

Salmo Sal 117, 1-2. 16-17. 22-23
R/. Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R/.

«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa».
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor. R/.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. R/.

Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1-4

Hermanos:
Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

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