Catecumenado de adultos

Si bien es cierto que habitualmente los cristianos deberían culminar la iniciación cristiana con la recepción de los Sacramentos del Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, no es ya infrecuente que haya adultos que no desean recibir alguno de los mismos.

La iniciación cristiana no es automática, sino que exige un proceso y un acompañamiento que permita a la persona:

• • Conocer los contenidos fundamentales de la fe
  • Iniciar o afianzar la participación en la vida sacramental de la parroquia
  • Confrontarse con el camino de Cristo en su vida personal
  • Reforzar su oración personal.

Esto implica, por tanto, que para la recepción de cualquiera de estos sacramentos por parte de un adulto se requiere su participación dentro del “Catecumenado de adultos” de la parroquia.

Es importante distinguir que la participación en el catecumenado de adultos es abierta y es condición para la recepción de los Sacramentos, sin embargo, recibir los sacramentos no es un derecho sino que se deben cumplir unos requisitos. Por otra parte, el hecho de no poder o querer recibir los sacramentos no implica que no se siga pudiendo participar en el catecumenado.

Está abierto también a todos aquellos adultos que aunque ya han recibidos los tres sacramentos quieran recordar o refrescar la formación recibida en esos sacramentos.